¡Sí, tenemos nuevos aires! Y ese «aires» es de lo más literal que podáis imaginar. ¿Por qué? Pues porque ¡tenemos abanicos nuevos! ¡La colección crece! Esto… mucha exclamación, será cosa del café y la aceleración que llevamos encima.
El asunto es que estamos bien contentas. Nuestros bolsillos no lo están tanto, pero no se puede tener todo en esta vida. Y le tenemos echado el ojo a unos más, que nos faltan colores… Ejem…
Aquí van fotos de las colecciones (falta alguno que otro, perdido en las inmensidades de los bolsos, esos pozos sin fondo):


¿A que son bonitos? Y no os contamos el arte que tenemos para manejarlos… Esto suena a ¡Alerta Abuela!, pero es que de ellas nos viene la costumbre, así que tampoco está tan mal. Y mientras no inventen un sistema de aire acondicionado para las calles, nosotras seguiremos echándolos al bolso. Y otro día lo mismo os contamos una anécdota muy curiosa que le pasó a una de nosotras precisamente con un abanico y una señora con muy buen ojo y mucha cara dura.
Jajajajajaja, ¡esa anécdota me la sé! Muuucha cara dura, sí
La anécdota no me la sé pero me la imagino.
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