Ah, las copas. ¡Las copas! O mejor todavía, los catavinos. Porque sí, esta entrada no va de cristalería de Bohemia, va de vinos. ¿Y dónde se sirven los vinos? Pues hasta diríamos que depende del momento y el lugar (vamos a correr un tupido velo por nuestros años locos de juventud, pero muy tupido), pero normalmente en copas. Más grandes o más pequeñas, pero es así.
Sin hacer una apología del beborcio, que tampoco es plan, y siempre teniendo en cuenta el consumo responsable (¡Si bebes, no conduzcas!), la serie Blue Heron de Kristan Higgins nos ha tenido buceando en el mundo del vino. Desde la viña hasta la botella, con el proceso intermedio. Hemos buscado las diferencias entre vino joven, crianza, reserva y gran reserva. También hemos buscado los tipos de uva, y no sabéis el montón que hay. Que a lo mejor sí lo sabéis, pero nuestros conocimientos del tema eran nivel usuario. Y eso que las dos somos de zonas con una tradición vitivinícola que viene de lejos.
¿Qué decir de los vinos de Montilla-Moriles? ¿Y de los de Málaga? Que aunque la cerveza sea lo más habitual a la hora de tapear, hacerlo con una copita de vino es un placer inigualable. Eso sí, hacednos caso en esto: si os pedís vinos dulces de Málaga o un Montilla, id despacio y siempre con alimento, o no os podréis levantar de la silla, porque entran sin darte cuenta, pero suben bien… Vaya que si suben bien… Y no lo decimos por experiencia, ¡qué va! ¡Le pasó a una amiga! Varias veces. Pero siempre a una amiga.
Como hemos dicho, el mundo de los vinos es… inmenso. Podéis empezar con las viñas, que no siempre están en campos llanos (la Ruta de la Pasa por la Axarquía os dará una buena idea de cómo pueden ser en ocasiones), seguir con todo el proceso de vendimia (que tiene miga y encima varía según el tipo de vino que se quiera conseguir) hasta llegar al envasado tras todo el proceso intermedio. También hay mucha tontería, no podemos negarlo, con las notas de cata y las descripciones que se escapan a los meros mortales, pero que todo eso no evite el disfrute. Al final, por mucho que los expertos se lleven las manos a la cabeza, lo único que importa es el paladar de cada uno.
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