Amores instantáneos

Bonita traducción literal que nos ha quedado en el título de la entrada con ese «Amores instantáneos», lo sabemos, lo sabemos. Tendríamos que haber usado algo como «amores fulminantes», pero entonces no queda tan así. A lo que íbamos: en el mundillo anglosajón de la romántica se denomina a cierto tipo de situaciones instalove, algo que si nos ponemos castizas, viene a ser el flechazo de toda la vida… aunque más a menudo se trate de un simple calentón.

Vamos a dejar clarito desde el principio que creemos en el flechazo, en esa atracción a simple vista que te hace no dejar de pensar en la otra persona, que te provoca ese cosquilleo y esa tontería tan monas (aunque luego te mueras de la vergüenza al recordarte en aquella fase). También creemos vehementemente en el calentón. Señoras, señores, somos ya grandecitos para andarnos con tonterías: el aquí te pillo, aquí te mato existe. Y lo sabéis tan bien como nosotras. Si después de ese flechazo o del calentón (o calentones) de turno hay algo más, solo el tiempo lo dirá. El tiempo que necesitamos todos los seres humanos para conocernos.

Ahora el instalove como tal… ¿Conoces a alguien y ya sabes que es el amor de tu vida? ¿Lo ves al otro lado de la habitación y empiezas a planificar la boda y el número de niños que vais a tener? Y lo mejor de todo: ¿lo lleváis a cabo sin conoceros? Pues nos gustaría ver la tasa de divorcios de este tipo de parejas. Y quien dice divorcios dice rupturas, que no hay que pasar por la vicaría ni por el juzgado/registro de turno a estas alturas de la película.

Las novelas románticas que usan este tipo de flechazo absoluto nos provocan sentimientos encontrados. Pueden ser un divertimento estupendo, ligeras y entretenidas a más no poder, pero ¿dónde queda el amor? Y ya que nos ponemos sentimentales, vamos a usar la mayúscula, porque nos referimos al AMOR en toda su magnitud. Y para querer a alguien plenamente tienes que conocerlo. Conocer sus bondades, sus manías y sus filias y fobias. Si nos quedamos en la atracción superficial, ¿es realmente amor?

Ya sabéis que para nosotras los pesky little details son más que detalles y que de pequeños tienen poco. No les pedimos a las novelas románticas que nos cuenten cómo vivieron felices y comieron perdices, pero sí, al menos, que nos permitan imaginar semejante futuro.

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