Reconozcámoslo, quien más y quien menos tiene algún vicio, claro que unos son vicios confesables y otros… pues no tanto.
En esta entrada, por aquello del pudor y tal (más que pudor, certeza de que los vicios inconfesables no le importan/interesan a nadie más que a nosotras), vamos a hablaros de un vicio confesable que no debería sorprender a nadie, ya que dejamos una entrada que hablaba de pasada del tema.
¿Cuál es? Pues los libros clasificados en inglés como cozy mysteries, también los encontraréis como sleuth. La premisa de estos libros es muy sencilla: hay un asesinato, unas fuerzas policiales poco interesadas/inútiles/empecinadas y un personaje, casi siempre femenino, que decide coger el toro por los cuernos e investigar para exculpar al amigo/pariente/novio de turno.
Sí, lo habéis adivinado: ¡es como leer Se ha escrito un crimen! Pero en vez de a una Angela Lansbury ya entrada en años, podemos encontrarnos a pasteleras, compradoras compulsivas, científicas, amas de casa, solteronas, libreras, pintoras o, como en la última serie que esta que os escribe se ha terminado, maquilladora en una funeraria.
Leer para desconectar
Porque no todo en esta vida van a ser historias tan profundas que nos provoquen una angustia existencial. También son necesarias las historias cuya única pretensión es la de hacerte pasar un buen rato. Y hay de todo, como en botica: series mejor documentadas que otras, más creíbles que otras, pero lo normal es que sepas qué te vas a encontrar al abrir uno de estos libros.
Os dejamos dos recomendaciones de las series que hemos leído últimamente (lamentamos deciros que ambas están disponibles en inglés):
Sullivan Investigations Mysteries de Evelyn David: esta es un poco distinta. Mac Sullivan, un policía jubilado reconvertido en detective privado y con cincuenta y pocos años, es el protagonista. La protagonista es Rachel Brenner, de cuarenta y algo y divorciada, que sufraga la universidad de su hijo trabajando, entre otras cosas, para la funeraria del mejor amigo de Mac. El elenco de secundarios es brutal, algo habitual en este tipo de libros, con especial relevancia de Whisky, la lebrel irlandesa de Mac (ya hablaremos en otra ocasión de perros, ya…).
Miss Fortune Mystery de Jana de Leon. Descacharrante. Solo os vamos a decir que si os gustó la abuela Mazur de Janet Evanovich o Tante Lulu de Sandra Hill, aquí os vais a encontrar a dos tiernas florecillas sureñas… Y hasta aquí podemos leer.
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