Ay, ay, ay, ¡qué dolor más grande! Con lo bien que estábamos nosotras dormitando durante las vacaciones, y ahora tenemos que volver. Cosas de no ser ricas y poder disfrutar de la vida ociosa.
Así que volvemos a la carga, con más idas de ollas y nuestros sempiternos dedos traviesos, porque ¿qué seríamos sin ellos? Ya os lo decimos: más felices, pero también menos risueñas.
En fin, poco a poco, que no es plan de agobiarse, iremos poniendo los justificativos que nos han ido llegando (sí, en agosto también), las lecturas con las que hemos pasado las largas tardes de verano y alguna otra cosilla más.
Vamos a ello.
Los comentarios están cerrados, pero los trackbacks y pingbacks están abiertos.