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Inventos ¿modernos?

¿Cuántas cosas damos por sentado que son muy modernas y, en realidad, ya llevan más de un siglo con nosotros? Con cambios, evidentemente, pero han estado ahí desde mucho antes de lo que suponemos. Los consideramos inventos modernos, pero no lo son.

Aunque van a salir varios libros nuevos, nos ha dado por recordar cosillas que salieron en En busca de Cassandra, la sexta entrega de la serie de Los Ravenel, de Lisa Kleypas.

Si os habéis leído la serie, más en este libro, queda claro que Tom Severin tiene un cerebro privilegiado y es un adelantado a su tiempo, pero no tanto como para desentonar con la época. Recordad que no estamos a principios de siglo XIX, en la Regencia inglesa, sino en el último cuarto de siglo.

Os lo recordamos porque nosotras tuvimos que recordárnoslo también cuando decidimos poner cosas como «los rodillos de una lavadora» o «portaminas metálico». Por cierto, a la mitad malagueña del este binomio le fastidia enormemente no poder poner «lapicera», que es como lo ha llamado siempre, pero… es lo que hay.

De hecho, cuando entregamos la traducción, lo comentamos en notas,* porque ¿existían las lavadoras en aquella época? ¿Y los portaminas?

Pues sí. No con la sofisticación actual, está claro, pero existían diferentes tipos de lavadoras con múltiples patentes y también los portaminas.

Aquí abajo podéis ver una fotografía de una máquina de lavar antigua del siglo XIX. Y justo al ladito de donde está la manivela… ¡los rodillos!

Imagen de lavadora del s. XIX.
Créditos: De User:Itub – Trabajo propio, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=1544589

No nos digáis que no es curiosa. Nada que ver con la comodidad de las actuales, y eso que poner una lavadora, y sobre todo tenderla y recogerla (¿Cómo puede haber tantos calcetines en una sola casa?), es un tostón.

En cuanto al portaminas, pues tres cuartos de lo mismo. La primera patente es de 1822, así que mirad si ha llovido desde entonces. Quien haya hecho algo de dibujo técnico ha usado uno (¡Vivan las lapiceras! Ejem…, ya paro).

Detalle de la patente del primer portaminas de 1822.
Créditos: De Published for the proprietors by T. and G. Underwood – The Repertory of patent inventions: and other discoveries and improvements in arts, manufactures, and agriculture; being a continuation, on an enlarged plan, of the Repertory of arts & manufactures, a work originally undertaken in the year 1794, and still carried on, with a view to collect, record, and bring into public notice, the useful inventions of all nations. Volume II, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=18065147

Y esto en 1822, pero en 1877 se patentaron los primeros con resorte. Si queréis saber más cosillas de la historia del portaminas, podéis pasaros por aquí. Aunque hay muchas páginas en las que leer la historia.

La moraleja de esta entrada, si es que se puede considerar como tal, es que hay que aceptar que muchas de las cosas que consideramos comodidades modernas no lo son tanto. Modernas, se entiende; el que se han ido haciendo cada vez más cómodas con el avance de la tecnología es una obviedad.

*Un consejo a quienes empezáis en esto: no os dé apuro hablar con la editora (o editor, pero hablamos en femenino porque mayoritariamente trabajamos con otras mujeres) encargada del libro, ni tampoco añadir unas notas a la traducción para que quien revise tenga en cuenta cosas así, pero también repeticiones o pequeñas correcciones de incongruencias (quitarse la camiseta dos veces o llevar una chaqueta en una página y una sudadera en la siguiente).

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