De calores primaverales y otras hierbas

Ah, sí, como que no íbamos a hablar nosotras del temita. De calores primaverales y otras hierbas… hierbas secas, se entiende, porque poco (nada) verde queda por nuestros respectivos lares. A lo mejor por eso nos encantan las fotos de frondosos bosques con su riachuelo y su casita pintoresca. Y mucha sombra. Algo que tampoco abunda, que se ve que como en el extranjero nos conocen por el sol, no es plan de taparlo de alguna manera.

No vamos a hablar de si en los colegios debería haber aire acondicionado o no, o de si deberían tener un buen aislamiento térmico (que igual sirve para verano o para invierno), una buena orientación, zonas de sombra y un ratio lógico y razonable de alumnos por aula. Upsss, parece que ya hemos dicho algo.

Tampoco vamos a hablar de las fiestas escolares que se alargan de madrugada para gozo de padres, no tanto así de sufridos vecinos. Upsssssssss, y ya van dos.

De lo que sí vamos a hablar es de lo que nos gustaría hacer a nosotras ahora mismo, hasta que pase el dichoso verano que todavía no ha llegado (¡Madre mía, si esto ha sido en primavera, julio y agosto pueden ser mortales de necesidad!). Y como dicen que una imagen vale más que mil palabras (algo discutible, pero es lo que se anda diciendo por ahí), os ponemos la siguiente:

 

Muchacha en hamaca
Girl in a hammock

¿Veis? Una hamaca. Árboles. Sombra. Y nada que hacer. Sobre todo eso, nada que hacer salvo dormir (esa buena siesta), leer o contar mosquitos… Ejem, esto último se nos ha colado, será por las picaduras que ya llevamos a cuestas.

Un sueño precioso, lo sabemos. Pero juramos por San Split que no hemos tomado ninguna hierba, aunque aparezcan en el título de la entrada. En fin, como no nos queda más remedio que seguir dándole a la tecla (y afortunadas somos de hacerlo), nos contentaremos con seguir soñando con un lugar verde, frondoso y fresco.

Y a quienes nos leéis, recordad: bebed mucha agua, usad protección solar y buscad la sombra siempre que podáis. Ah, y por mucho que nos gusten los abanicos, hay ocasiones en las que solo sirven para remover el aire caliente, por mucho que rebuznen algunos elementos.

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